Shockwave Chat: noviembre de 2001

Es increible la cantidad de recuerdos que pueden llegar a brotar cuando se repasan estos textos recuperados de los benditos backups.

Esto es un reportaje que escribí, también para Ciclo, en el momento en que Habbo Hotel era todo un hit en las listas de innovaciones que la internet ociosa nos traia de la mano del nuevo milenio.

Desde luego, para Habbo Hotel las cosas han cambiado mucho desde entonces. Y no se por qué, pero cuando hablo de esto me viene a la cabeza de forma irremisible Second Life. Pero muchas de las semillitas que están dando ya sus frutos fueron sembradas en nombres como el propio Habbo Hotel, Dobedo o Icontown. Grandes combinaciones de comunicación, interacción, redes sociales virtuales y creación de comunidades.

¿Sería una alfa muy alfa de la web 2.0? 😉

Nota: los enlaces de los textos no los enlazo pues en algunos casos son enlaces que dejaron de existir, y para conservar en la medida de lo posible la naturaleza delo texto, que fue escrito no para la web sino para papel.

Y ahora, el texto.

Shockwave Chat

Justo antes del juego

La evolución del chat nos ha llevado a las puertas del típico juego. La aventura gráfica tradicional parece asomar en un mundo lleno de tecnología ultramoderna e imágenes plagadas de aristas. Es lo más de lo más.

?La abadía del crimen? fue uno de los juegos que ya en los lejanos Amstrad CPC constituyó toda una revolución en cuanto a la disposición y planteamiento de las partidas frente al ordenador. Los años han pasado, los PCs se venden como churros, Windows copió el escritorio de Apple, la era de internet está más que consolidada, y las tecnologías basadas en la web están muy maduras. La aplicación de todas estas modernidades al mundo del ocio por el ocio, es decir, los juegos, ha traido un concepto que pocos se han atrevido a etiquetar. De la mezcla entre el chat y los juegos de ordenador tradicionales ha surgido un nuevo híbrido. Una nueva criatura que de la mano de la herramienta que la crea, está adquiriendo entidad propia a la hora de referirse a ella. Son los chats en flash, o más concretamente, los Shockwave Chats.

Los mismos escenarios en perspectiva, los mismos personajes que se mueven con la frialdad de los robots, los mismos movimientos, la misma sensación de dominar las referencias espaciales. ?La abadía del crimen? se ha transformado y ha adquirido color, le han puesto música, los monjes han desaparecido y las patillas, los pendientes, las coletas, los piercings y las minifaldas han pasado a ser la indumentaria de los nuevos personajes de nuestras aventuras. Aventuras que se han convertido en ciber-aventuras, haciendo válido, esta vez sí, el eslogan de una conocida consola: ?¿Por qué no jugamos juntos??

Morir de éxito
Ahora la cuestión es si seremos capaces de soportar tanto éxito y no nos perderemos en el auténtico mar de posteriores desarrollos, comunidades virtuales y grupos de usuarios que se han creado en torno a este fenómeno. Habbo Hotel (www.habbohotel.com) es una de las muestras significativas de este tipo de salones virtuales, donde el chat escrito pasa a una dimensión adicional, donde nuestros personajes adquieren vida propia, dotándolos de personalidad y dando la oportunidad de dejar ver algo más de nosotros a través de, por ejemplo, nuestra indumentaria. El objetivo ya no es sólo pasar el rato charlando. Ahora podemos ejercer de consumidores compulsivos en las barras de bar, hamburgueserías, tiendas de regalos, etc., hasta el punto de tener que ganarnos nuestro propio dinero para poder satisfacer el vicio de pasar por caja. No obstante, para los amantes del chat tradicional también hay ingenios muy bien revestidos de modernidad, como es el caso de Chatmaster3000 (www.chatmaster3000.com). Otros son una mezcla de rollo tradicional y caos absoluto, como Dobedo (www.dobedo.co.uk) donde te puedes reír un montón viendo las fotos de la gente de una mini-habitación donde apenas cabe toda la trouppe que allí se reúne. Y otros, a falta de más originalidad, digamos que quieren demostrar su admiración por los hoteles de este tipo (www.kultakala.com y www.mobilesdisco.com).

En cualquier caso, uno de los fenómenos más novedosos de estos nuevos mundos, es la generación de auténticas comunidades virtuales, aparte de las propias reuniones en los chats, que se crean en torno a los nuevos espacios. Tal es el caso de Icontown (www.icontown.de), donde podemos ver multitud de construcciones para este tipo de mundos. Si bien este web site no tiene como finalidad la construcción de elementos para Shockwave Chats, su contenido es pieza fundamental para la creación de los mismos. Y si de elementos hablamos, no se puede dejar pasar Malvese Town (www.malvesetown.com), un lugar donde auténticos arquitectos rendidos al minimalismo de los píxels muestran su trabajo, conformando una auténtica ciudad. Para verlo con detenimiento sin duda.

Un nuevo concepto
Una variante muy curiosa y un tanto alejada de la estética de las aristas la constituye Moet (www.moet.com). Si entramos en este site lo que nos vamos a encontrar es un espacio dedicado al vino y sus variantes. Se trata del web de las bodegas Moet & Chandon y alli podemos encontrar una auténtica joya del Shockwave: es su ?Explorer?. Moet Explorer es según sus creadores ?un concepto inédito que permite viajar a través del mundo de la web en forma de tapón y encontrarse en tiempo real con otros internautas para chatear con ellos?. Y no hay como probarlo para darse cuenta de la dimensión que el Shockwave Chat puede llegar a tomar. Auténticos viajes virtuales a bordo de un surrealista tapón de una botella de champagne donde vamos a tener la oportunidad de conocer la geografía del globo desde una perspectiva aérea, contemplando y recibiendo orientación de los lugares donde merece la pena detenerse para conocer más en profundidad, también a través de internet. La guinda y la esencia la pone la posibilidad de entrar en contacto directo con otros internautas que pululen en ese momento por algún punto del planeta a bordo de su particular aereonave. Una gran idea, sin duda, muy bien llevada a la práctica.

Daniel Torres