El Design Thinking como actitud

Diseño UX
29/5/2018
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Samuel Gimeno Artigas

Mette Maagensen ha escrito un artículo defendiendo el Design Thinking como herramienta. Maagensen define el Design Thinking como una actitud con la que hay que trabajar todos los días. Nos dice que el Design Thinking es una manera de mirar los desafíos que nos rodean. Una actitud que nos ayuda a mejorar el proceso para ser más innovadores y crear soluciones que perduren en el tiempo.

UX Brighton Career Clinic 2014
Equipo en un workshop del UX Brighton. Foto de Danny Hope

Maagensen define el concepto de actitud (mindset en el original) como “la perspectiva y la función cognitiva de cómo afrontar situaciones y resolver problemas”. Además apunta que puedes practicarla diariamente, en desafíos tanto grandes como pequeños y te puede ayudar a mejorar varias fases del proceso de diseño.

Maagensen nos da diez pautas para conseguir que el Design Thinking se convierta en una actitud diaria:

  1. Busca la empatía: cuando creas algo nuevo es muy importante conocer a sus usuarios potenciales, para poder conocer sus gustos, su entorno de trabajo, sus modelos mentales, en definitiva todos los elementos necesarios para diseñar la mejor solución para el cliente. Para ello lo mejor es usar herramientas como la etnografía, las entrevistas y otros métodos de obtención directa de información como las estadísticas, los datos de uso o grabaciones de la navegación de los usuarios sobre el producto digital.
  2. Céntrate en el valor, no en el producto: muchas veces al diseñar nos centramos en los detalles y no en la solución final. Es decir, en lo aporta globalmente el producto. El valor puede ser tiempo y dinero, aspectos fácilmente cuantificables, pero también el aspecto, el estatus, lo que sugiere al cliente, lo que la marca transmite, es decir emociones difícilmente cuantificables.
  3. Sé curioso: el Design Thinking es en parte ser curioso. Curiosidad por saber el porqué son las cosas como son, por las mejoras que se pueden hacer a una solución de diseño, por qué la gente se comporta de la manera que lo hace o por qué los sistemas no funcionan. Siendo curioso pones atención en los pequeños detalles que diferencian un producto bueno de uno mejor.
  4. Desafía tus conjeturas: a la hora de diseñar cualquier producto digital siempre tenemos conjeturas sobre la manera que funcionará mejor, ya sea por nuestra experiencia profesional, ya sea por productos similares que hayamos diseñado antes. El Design Think sirve para validar si esas hipótesis son válidas o no.
  5. Busca el problema subyacente: a veces llamamos problema a lo que realmente es una causa. Cuando se investiga un sistema y sus fallos normalmente se ven problemas que se pueden pensar que su causa es una y después de una investigación más a fondo se nota que su causa es otra. Eso es un problema subyacente. Asegúrate de buscar el problema subyacente y que tu solución de diseño dé la mejor salida a los problemas derivados de ese problema.
  6. Sé juguetón: fallar no es algo malo, siempre que hagas un proceso de mejora continua. Además, eliminar el miedo a fallar y arriesgarse a hacer cosas no esperadas puede llevar a pensar nuevas maneras y hallar nuevos mercados en los que nadie más ha pensado. El Design Thinking te ayuda a ser más arriesgado y a obtener mejores ideas entre todos.
  7. Abraza lo desconocido: a pesar de que el Design Thinking sea un proceso, no saber a donde nos puede llevar es bueno. Ya que eso significa que durante el camino hemos aprendido y las hemos incorporado a nuestra solución puntos de vista diferentes con el que hemos empezado.
  8. Recuerda la imagen entera: El diseño es en gran parte entender los pequeños detalles especiales de los seres humanos para los que diseñamos, sin por ello  perder de vista de la imagen entera del producto. El Design Thinking nos sirve para juntar a personas de diferentes departamentos que nos den diferentes puntos de vista que nos ayuden a mejorar la solución de diseño.
  9. Trabaja con integridad: siempre tienes que crear el mejor producto, no el que se haga más rápido. Muchas veces la visión a corto plazo y la ganancia en corto plazo, nos hacen olvidar que los productos que perduran son los que permanecen y no se dejan llevar por modas, sino por su calidad o el beneficio que tienen para los clientes.
  10. No es sólo un desarrollo de producto: hay que pensar que lo que hacemos tiene que generar un cambio positivo en la organización, por lo que hay que proveer valor en la vida de los otros, ya sean nuestros clientes o el cliente final. El Design Thinking nos ayuda para estar más cerca del cliente y que éste nos aporte sus conocimientos y sus puntos de vista sobre el producto final.

Con estos 10 consejos podréis convertir el Design Thinking en una herramienta de uso diario, tanto en vuestra organización como en las de vuestros clientes y conseguir que mejoren sus productos y den valor al diseño que es lo que importa.

Desde el Estudio recomendamos el Design Thinking para mejorar la madurez del cliente con respecto al diseño y cuando hace falta que el equipo de trabajo interiorice el proceso de diseño para su trabajo diario.

Os recomiendo además otro par de posts por si queréis profundizar en el Design Thinking, uno sobre cómo crear equipos de diseño con él y una visión crítica del Design Thinking de Natasha Jen.

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