Conferencia Agile Spain 2017: salir de la zona de confort

Experiencia de usuario
13/11/2017
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Daniel Torres Burriel
Escritorio redondo con laptop, gafas, planta, celular, lápices y unas manos de mujer tecleando.

Salir de la zona de confort no es gratis. Esta debería ser la frase que continuase cualquiera de los alegatos que vemos en redes sociales acerca de la conveniencia idoneidad de salir de la zona de confort como forma de desarrollo y de progreso. No importa si estamos hablando de personas o si estamos hablando de empresas y organizaciones.

UX como estrategia, en la CAS2017
UX como estrategia, en la CAS2017

Salir de la zona de confort, ese espacio en el que nos sentimos seguros y protegidos, haciendo lo que siempre hemos sabido hacer bien, es un ejercicio que siempre supone un cierto tipo de rozamiento, de fricción y, por qué no decirlo, de dolor. Todos los cambios, especialmente los que suponen una modificación de los hábitos, de las metodologías o de las costumbres, suelen implicar un cierto grado de dolor. Ese dolor lo podemos entender como sacrificio o simplemente como un importante incremento en el esfuerzo necesario para conseguir algún tipo de resultado.

Pues bien, esos objetivos son los que yo me planteé cuando propuse una ponencia para la conferencia Agile Spain 2017. Esa proposición fue votada y aceptada por la organización, y me dispuse a preparar una conferencia que tenía por título la experiencia de usuario como estrategia. La relación que todo esto tiene con la salida de la zona de confort se basa en que el mundo Agile no es el contexto en el que habitualmente trabajo, me muevo y desarrollo mi actividad profesional. Dar una conferencia en esos términos para una audiencia que quizá no fuese la audiencia natural del ámbito de la experiencia de usuario siempre supone un riesgo. Y los riesgos hay que medirlos, calibrarlos y tomar las medidas y las consecuentes precauciones para paliar o para minimizar cualquier momento de dificultad que pueda encontrarse.

Dicho y hecho. Estuve en Sevilla pronunciando una conferencia acerca de experiencia de usuario y los aprendizajes que había supuesto para nosotros como profesionales del diseño toda la filosofía Agile, y las ventajas y beneficios que implicaba incluso a nivel empresarial la incorporación de estas metodologías en nuestro trabajo diario. Traté de explicar cómo a partir de unos inicios en los que la gestión de los proyectos y el diseño de los productos digitales la hacíamos partiendo de procedimientos en cascada, siguiendo diagramas de Gantt que nos permitían tener una visión global de los proyectos, del diseño y de su proceso, habíamos transitado un camino que nos llevó a un destino en el que las metodologías ágiles de algunos clientes nos habían hecho ver y aprender otras formas de manejar y gestionar los proyectos.

Todo ese tránsito nos condujo a un destino en el que, afortunadamente, como empresa habíamos pasado de tener proyectos a tener clientes. Cualquiera que maneje una compañía sabe perfectamente la gran diferencia que hay entre gestionar proyectos y gestionar clientes. Y es mucho más eficaz tener clientes que tener proyectos. O al menos este es el punto de vista que yo defiendo desde mi propia experiencia.

Así las cosas, dentro de un contexto en el que los asistentes a la conferencia valoraban muy positivamente todo lo que tiene que ver con la gestión de organizaciones, con la gestión de proyectos, con la gestión de equipos, gracias a las propuestas y aproximaciones Agile, mi sorpresa y también mi decepción absoluta vino cuando descubrí que el feedback que me habían proporcionado tras mi conferencia era absolutamente devastador. Tuve bastantes tarjetas de feedback, el cual proviene de voluntarias aportaciones que siempre hay que agradecer por parte de las y los asistentes, y para mi sorpresa fue muy negativo. No tengo que explicar que fue sorprendente para mí, debido a que tras los comentarios frente a frente que recibí al terminar la conferencia, los que había reflejados en las tarjetas de feedback eran absoluta y radicalmente diferentes.

Como decía el principio del post, salir de la zona de confort no sale gratis ni es un camino que transitemos con flores y con sonrisas. Puede ser un camino que perfectamente esté plagado de momentos con gran desafección, y con cierta soledad. Salir de la zona de confort supone en mi experiencia un momento en el que la realidad choca con la idea de que todo va a salir bien. Salir de la zona de confort es un fenómeno absolutamente enriquecedor, pero que necesita de una gran apertura de mente y de un grado de empatía, así como de una voluntad de mejora inapelable. Salir de la zona de confort supone tener que aceptar que las valoraciones de personas que hacen de una conferencia planificada, preparada, ensayada y pronunciada con la máxima motivación y profesionalidad, quede por tierra sin ningún tipo de argumento, o con argumentos que pudieran calificarse como discutibles. Salir de la zona de confort no es gratis, y supone aceptar las condiciones de un juego ajeno en el que las reglas las pone un tercero, y además somos participantes cuando el juego ya ha comenzado.

Así las cosas, la experiencia en la Conferencia Agile Spain 2017 ha sido absoluta y brutalmente enriquecedora para este autor que escribe aquí. Conocer las impresiones de un mundo que me es ajeno me ayuda absolutamente a enfocar y entender mejor cuál es mi profesión, cuáles son los argumentos y las metodologías que utilizamos el día había tanto para gestionar la empresa, como para gestionar y enfocar los proyectos tan importantes que tenemos entre manos, así como para manejar, gestionar y conducir a un equipo hacia los niveles de eficacia que deseo como responsable de la compañía.

Todo ello es posible gracias solamente a la voluntad particular de mejora, al deseo de incrementar los niveles de exigencia, a la firme decisión de no quedar sentado a la espera del reconocimiento y, en definitiva, a tomar en serio eso de “a intervalos regulares el equipo reflexiona sobre cómo ser más efectivo para a continuación ajustar y perfeccionar su comportamiento en consecuencia” (Manifiesto Agile).

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